El Vaticano prohíbe realizar autopsia a un Papa
Tradicionalmente, el Vaticano prohíbe realizar autopsias a los papas, considerando el cuerpo del pontífice como sagrado y siguiendo una práctica que busca preservar la dignidad del cargo. Sin embargo, hay evidencia histórica de algunas excepciones, en algunos casos se realizaron autopsias.
Un caso documentado es el del **Papa Inocencio XIII** (pontificado: 1721-1724). Según registros históricos, se le realizó una autopsia tras su muerte en 1724, la cual reveló acumulación de líquido en la cavidad abdominal, dilatación aórtica y neumonía, además de confirmar problemas renales previos.
Otro caso mencionado es el del **Papa Clemente X** (1670-1676), donde se reportó una autopsia que encontró cálculos renales y otras afecciones.
El caso del Papa Celestino V, que murió misteriosamente en 1296, El Vaticano compartió haber analizado el cráneo del Papa siglos posteriores por un clavo que se encontró en su cráneo.
La autopsias están fuera de las normas, por ejemplo, en el caso del **Papa Juan Pablo I** (1978), cuya muerte súbita generó especulaciones, no se realizó autopsia debido a la tradición vaticana, lo que alimentó teorías de conspiración.
No se realizó autopsia al Papa Francisco según la información oficial del Vaticano, tras su fallecimiento el 21 de abril de 2025, la causa de su muerte fue determinada mediante un electrocardiograma tanatológico realizado por el profesor Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano. El informe médico indica que Jorge Mario Bergoglio murió a causa de un ictus cerebral (derrame cerebral) que derivó en un coma y un colapso cardiovascular irreversible, mientras dormía en su residencia de la Casa Santa Marta.
En resumen, aunque la regla general es no realizar autopsias a los papas, hay casos históricos excepcionales, como los de Inocencio XIII y Clemente X, donde se llevaron a cabo por razones médicas o históricas específicas.
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