noviembre 22, 2024

Cristina Vargas Mx

El Portal de los Relatos

Rostros atrapados en las puertas de un manicomio

El Manicomio de Donceles

Existe un lugar en la Ciudad de México que por razones históricas conserva en sus puertas imágenes que manifiestan los rostros de la esquizofrenia, El manicomio de Donceles conserva los tallados de caras angustiadas en madera desde 1687. fué el primero en su tipo, está ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, actualmente es el Archivo Nacional de la Salud.

A pesar de ser un inmueble del siglo XVII, la arquitectura de sus instalaciones aparenta ser muy moderna, ello se debe al cuidado y excesiva delicadeza con que son tratados todos los rincones y muros de esta contrucción que fué inaugurada en 1687 para uso del servicio hospitalario a mujeres indigentes que padecían de sus facultades mentales. Se dice entre las leyendas urbanas que su fundador pudo ser misógino y que por tanto los rostros en madera en sus puertas, son de hombres y probablemente infantes, lo cierto que es que las expresiones de dichas miradas son absolutamente de pena, angustia y dolor por tratarse de un hospital de enfermedades mentales lo que en pleno siglo XVII no pudo ser más que la fuerza de la posesión, los demonios, etcétera debido a las creencias de la época.

caras de terror tallados en madera en las puertas del hospital divino salvador

El Hospital Del Divino Salvador

Fué el primer hospital psquiátrico femenil establecido en México fundado en el año 1687, fue ubicado en la calle de donceles 39 en Centro Histórico de la Ciudad de México, hasta su clausura en 1910.

Las historias que entretejen ese sitio no son la excepción de lo que se pensaba en esos tiempos, a nivel mundial «la locura» «los demonios» eran los rigurosos calificativos que le eran asignados a las mujeres «incontrolables». En este hospital las pacientes eran mujeres que no tenian hogar, mujeres indigentes, que por una obra de caridad fueron instaladas en el «Hospital del Divino Salvador para mujeres dementes».

Los tratamientos médicos propios del siglo XVII, las historias de fantasmas y leyendas urbanas que narran experimentos fatídicos en mujeres indefensas dejaron evidencia y se cree de forma popular que los rostros en las puertas se deben a la desgracia y las enfermedades mentales claramente impreganda en las entradas del inmueble, sin embargo recordemos que el estilo «barroco», «medieval» y otros más, formaban parte de la arquitectura moderna de dicho siglo.

Esta obra de 1687 se convirtió en el «Archivo Nacional de la Salud», se sabe que entre otros documentos relevantes, se encuenta la documentación original de las internas, así como archivos históricos concluyentes que cuentan la evolución médica de la República Mexicana, en donde se agregan expedientes de diferentes instituciones que datan fechas ancestrales y son manejados con extrema precaución por parte incluso de los especialistas en conservación documental histórica.

La casa del matrimonio Sáyago

En 1687 El maestro ensamblador José de Sáyago otorgó asilo en su propia casa a una prima de su mujer que sufria demencia ella se llamaba María de la Concepción, victima de posible esquizofrenia, María vagaba por las calles deambulando sin sentido, la esposa de José la señora Sáyago pide apoyo a su esposo para darle ayuda convirtiéndose en la primer paciente del que posteriormente sería «El Hospital del Divino Salvador»

Posteriormente se incorporaron dos mujeres más de la calle, Beatriz de la Rosa y Francisca Osorio mulatas sin asilo que fueron acogidas a caridad de la pareja. Más adelante la noticia de un lugar para el tratamiento de mujeres dementes se propagó hasta llegar a los oídos del Arzobispo Aguilar y Seijas, que fué de fundamental apoyo para el crecimiento del establecimiento donde a corto plazo llegarían más mujeres incluso se cuenta que en algún momento sumaban hasta 300 viviendo de aportaciones voluntarias y del socorro del propio Arzobispo, tiempo adelante el inmueble le es cedido al matrimonio Sáyago en 1690, la pareja tendría que hacerse cargo de los gastos de renta, vestido y comida para las mujeres.

Rostros de angustia grabados en las puertas principales

Definitivamente cuando el inmueble era solo la casa de los Sáyago no tenía decoración alguna, años más tarde durante la gestión del Arzobispo Francisco Aguilar y Sejias hubo cambios radicales, acondicionamiento de habitaciones y colocación de algunos artefactos dignos de la época y mejoras para las internas. Años más tarde Se dice que la familia Sáyago dejaría el lugar luego de que el cupo de internas fuera demasiado y es a petición del Arzobispo que la pareja se muda a un lugar más digno para un ensamblador

En 1700 cuando los jesuitas fueron expulsados de Nueva España concluyeron la obra otorgándole el nombre de la congregación a la que pertenecían nombrandolo «Hospital del Divino Salvador» de donde se muestran todos sus diseños arquitectónicos incluidos los grandes ventanales y los portones con rostros perfectamente tallados emulando el dolor y la angustia de un hospital para enfermas mentales, hasta el año 1767 cuando el hospital pasó a manos del Patronato Real.

Francisco Aguilar y Sejias, fué un ecleciástico católico de orígen español, fué Obispo en Michoacán y Arzobispo en la Ciudad de México, fué reconocido por sus grandes obras de caridad, destacando multiples obras como escuelas gratuitas para niños pobres, hospitales entre los que destacan el Hospital de la Magdalena y una casa de recogimiento para mujeres pobres que se refiere al que más adelante sería oficialmente el Hospital del Divino Salvador después de su muerte.

La labor del Arzobispo Aguilar y Sejias además de la caridad se destacó por proponer la prohibición de «las peleas de gallos», «corridas de toros» y algunas representaciones que consideraba obsenas en teatros, sin embargo dada la época ese tipo de jolgorios de entretenimiento entrarían en su máximo apojeo.

Aguilar y Sejias fué un gran hombre proclamado incluso por el Cabildo de México a un proceso de beatificación por todas sus virtudes entre las que destacan, el haber entregado sus ropas a algunos pobres y otorgar manutención a necesitados mientras era estudiante, así como su intervención para curar enfermos.

El Arzobispo Francisco Aguilar y Sejias falleció en la Ciudad de México a la edad de 65 años, fué enterrado en la Capilla de San Felipe en la Catedral Mexicana

1632 – 1698

En los registros documentados existen archivos de por lo menos 55 mujeres «enajenadas» de las cuales 26 murieron y 29 tuvieron mejoría en la primera etapa, a finales de 1730 se habrían documentado más de 300 mujeres indigentes y dementes ingresadas al famoso manicomio. A la llegada del siglo XVIII la cantidad de internas aumentó de manera considerable contabilizando hasta mil internas todas con tratamientos excéntricos que en esos tiempos los calificaban «de punta» a pesar de que se sabía que en otros países se utilizaban otros métodos.

Métodos de posible cura para enfermas mentales en el siglo XVIII

Se sabe que en el resto del mundo a principios del siglo XVIII, se recurría a los colores de manera primaria para la conducta pasiva de las pacientes, acondicionado habitaciones pintadas de rojo, color que se creía podía animar pacientes melancólicas, habitaciones pintadas de azul en sus cuatro muros para apaciguar a las furiosas. En las habitaciones centrales grandes cristales con el objetivo de dar tratamientos de luz a las pacientes, para el «Hospital del Divino Salvador» fueron experimentos terapéuticos como la historia lo marca, entre esta clase de tratamientos «médicos» se aplicaba a las internas purgantes, antiespasmódicos, revulsivos, baños fríos, duchas muy calientes y aplicación de agua en temperaturas extremas con otros métodos.

En 1897 los diarios nacionales publicaron una desagradable noticia acerca del nosocomio, generó polémica, el diario «La Patria de México» realizó la denuncia por maltrato a las pacientes.

Paciente muere, mientras permanecía amarrada a un sillón

Denuncia

El hospital había pasado por varias administraciones, en 1689 después de que el Arzobispo Francisco de Aguilar y Seijas falleciera las mujeres instaladas en el hospital no tenían los medios para sobrevivir, la Compañía de Jesús pertenecientes a la «Congregación del Divino Salvador» decidieron mantener a las pacientes con limosnas otorgándole el nombre con el que se le conoce.

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El Manicomio de Donceles «Hospital del Divino Salvador de 1687»

En la calle de Donceles no 39 Centro Histórico, Ciudad de México. En el siglo XVII el tramo en que se ubica el Hospital del Divino Salvador, Hoy El Archivo Histórico de la Secretaría de la Salud resguarda la memoria institucional desde sus antecedentes, con especialistas que organizan, clasifican y resguardan documentos que datan del siglo XVI hasta inicios del siglo XXI.

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