Las Plañideras el Antiguo Oficio
Lloranderas de Velorios
La muerte de un ser querido siempre será dolorosa y posiblemente es algo que no podemos dimensionar hasta que sucede, los sentimientos pueden hermetisarse sin liberar el llanto cuando lo que estamos sintiendo es muy profundo, nos llegamos sentir sofocados, impotentes, a veces hasta la mente puede bloquear nuestros sentidos dependiendo de la fuerza con que llega este tormento, específicamente cuando el que muere es un ser muy amado, a veces simplemente no se llora, porque no se puede, o se dosifica el llanto, controlar las emociones ayuda a canalizar ese desahogo causado por el dolor y la angustia que suelen ser más imponentes que nuestra propia fortaleza.
Cuando perdí a mi madre en diciembre de 2023 a pesar de la casi nula resignación, a pesar de todo el sentimiento, tenía que trabajar en la aceptación resguardándome en su edad, pude crear un pensamiento de equidad, sabía que algún día podría suceder, pero, aún así nos tomó por sorpresa, como suele suceder, sin embargo, no era a mi a quien trataba crear algo de fortaleza sino a mi papi, el había perdido a su compañera de vida, alguien que había estado con él por más de sesenta años, así que, de común acuerdo con mis hermanos y hermanas (dos mujeres y tres hombres para ser exactos) acordamos ser un tanto invencibles a tan cruel momento, ya que fue una muerte pasiva pero muy inesperada, sin enfermedad terminal, sin predisposición alguna, así que cuando llegó el momento tendríamos que apoyarlo y condolernos de la manera más objetiva posible. Este episodio de nuestras vidas por tanto, tendría el menor llanto posible, en nuestro caso el sonido más frecuente en la sala era solo el murmullo de la plática entre los asistentes, tal vez, otras personas se hacen acompañar de música, de testimonios o de algo más, en nuestro caso simplemente el silencio, la pasividad, en busca de la resignación. Hay gente que busca recursos, o que sus costumbres modifican todo, pues hay tradiciones como tocar música o cantar alabanzas pero no fue nuestro caso.
Sin embargo, si este fallecimiento hubiera sucedido en otra época, muy seguramente habríamos elaborado un funeral totalmente tradicional, desde el tipo de velatorio, partiendo de la ambientación, hasta lo social, incluso no incluyendo la presencia de los niños en la sala, todo hasta el momento en que sea culminado el proceso de la final despedida, paso a paso seguramente lo que nuestra familia cristiana hubiera hecho como en otras familias, habríamos realizado actividades propias de nuestra religión de las costumbres, a la antigua usanza, como vestirse de luto con ropa formal de color negro todos, incluso los acompañantes, mucho café, rezos y demás.
En México, en un velorio común, las personas acostumbran a rezar en grupo el tradicional «rosario» generalmente lo hace alguna persona apegada a la religión católica, se ejecuta un «novenario» independientemente de lo que se piense hacer en la inhumación de la persona acaecida, al concluir los nueve días, se hace un levantamiento de cruz que en algunos casos se hace una cruz con cal en la parte donde estuvo postrado el ataúd de la persona que partió y que por supuesto fue previamente velada por al menos una noche acompañada de sus seres queridos, en ciertos casos incluso mayormente en las altas esferas, aún se posicionan cuatro personas haciendo guardia en las cuatro esquinas del ataúd, los cirios que lo «alumbran» se hacen a un lado para luego colocarse durante todo el tiempo de velación. En todo este proceso según nuestras costumbres en otra época, siempre habría llanto desmedido entre los rezos y los «pésame» y es justo donde desde tiempos inmemoriales participaban las llamadas «Plañideras» que son las lloronas de velorio
Posiblemente es un tema escalofriante pero se adhiere mucho a las costumbres de cada región, tal y como lo que es el luto que acompaña al duelo, ese sentimiento que según los especialistas es mejor enfrentar con la mejor asesoría, por que no siempre aplica «sacar a flote» y de un solo golpe todo el dolor a través del llanto, ya que puede tener ciertas implicaciones en nuestra salud, asi que liberar el llanto en un funeral de manera desmedida puede no ser lo adecuado.
Hoy en día, hay tecnicas y métodos que nos ayudan emocionalmente de alguna forma
cuando la muerte de un ser querido es técnicamente anunciada, cuando está en fase terminal pues tenemos la oportunidad de recurrir a ello y así canalizar el dolor, por lo que será el duelo y la pena cuando está por llegar la triste pérdida de un familiar o amigo y entonces cuando llegan esas situaciones, pues ya no hay tanto llanto o cuando inclusive llega el momento del velorio ya no hay tanta tristeza y eso bueno, definitivamente ayuda muchísimo porque hay gente que pues, cae devastada cuando se trata de una fuerte pérdida, no se diga si la muerte llega y nos toma muy desprevenidos entonces pues ahí sí definitivamente las palabras no fungen como aliento y sin embargo hay gente que tampoco sabe manifestar su dolor y a pesar de que se están consumiendo por dentro definitivamente tampoco saben cómo sacarlo, cómo lidiar con ello, llorar agónicamente podría ser el desahogo contundente, el desbordarnos en llanto podría liberar esa pena o tal vez ahogarnos más en ella.
Pero a pesar de nosotros y nuestro sentimiento, la vieja costumbre expresa lo importante que es para un funeral y para el propio difunto que haya lágrimas, llanto y expresiones de pena.
La participación de las «plañideras» posee más importancia de lo que creemos en la conducta social, ya que dependiendo de la persona es la cantidad de llanto que ellas están dispuestas a ejecutar a cambio de una cuota
las plañideras provienen de tiempos ancestrales, se dedicaban precisamente a eso, a llorar de manera incesante en los funerales, obviamente cuando una persona era velada y no solo México, es un tema que ha acompañado al mundo, en algunos en algunos países este tema de llorar de forma imponente o casi a grito en los velorios era parte de un ritual consagradísimo desde los egipcios.
Las Yerit tenían este ritual de llorar desmedidamente mientras un cuerpo yacía muerto era algo que le daba fuerza y vigor a la presencia al occiso, solían asistir en numerosos grupos esas mujeres transmitían el oficio de madre a hijas, a cambio de un pago, eran mujeres que se presentaban en los velorios estrictamente a manifestar un duelo bastante efusivo, dejaban su melena larga y negra exclusivamente para presentarse a los velorios, al levantar sus brazos hacían ver que despedían al difunto con un signo de sufrimiento, la diferencia en esa época era que las llamadas «Yerit» portaban un vestuario mas relajado.
Para las «Plañideras» sin embargo, era muy importante que vistieran de negro, la mayoría usaban rebozos, mostrando su larga cabellera semi cubierta con un velo, algunos asistentes vestían elegantes de negro, acompañados con sombreros y con gafas oscuras para distinguirse, podemos recordar funerales de los 50s en México de personalidades como Pedro Infante o Mario Moreno «Cantinflas» que fueron acompañados de personas con ese tipo de atuendos tanto en el velatorio como en la sepultura, iban estrictamente formales de traje, corbata y saco negro mientras las mujeres iban inclusive con velo o sombrero y gafas oscuras, con el propósito de ocultar sus ojos o el rostro, algo que sin duda, se sigue haciendo.
En Egipto, las lloronas llamadas «Yarit» fueron las primeras que existieron en la historia del mundo. Las «lloronas» que se manifestaron por primera vez en Grecia eran mencionadas como las «Coéforas de Esquilo» y se hacían presentes en grupo en la tragedias, describiéndolas como mujeres de los velos negros, ahí es donde se empieza a imponer un poco el uso del velo sobre la cabellera y rostro.
Pero si nos remontamos a nuestros más antiguos tiempos, a una era arcaica, podemos hablar de la misma presencia de estas mujeres «lloronas en grupo» en el templo propio
de la muerte de Jesucristo, incluso mencionar porque no, a la propia Magdalena que fue la
llorandera más destacada de todos los tiempos, que todo el mundo menciona cuando se dice,
«lloraba como Magdalena» porque inclusive se cita que en esa época en estas lamentaciones se utilizaba de hecho el atuendo propio.
Tanto en la religión judía como en la religión cristiana se comparten estos elementos, se
ejecuta un ritual que en libro bíblico se menciona.
En el libro de Jeremías se menciona el uso de lloronas como medio de intercesión entre Yahvé e Israel. En el nuevo testamento se muestra la imagen de mujeres con luto intenso tras la muerte del propio Jesús, principalmente con con la imagen y la figura de Magdalena.
En cuanto al islam, durante la España musulmana se empleó el uso de plañideras como símbolo del estatus, las plañideras en sí mismas fueron desafortunadamente asociadas a la locura, fueron estigmatizadas porque la religión en el islam así lo ha marcado.
En la Cultura Nahuatl el Mictlán es el inframundo. Se creía que el llanto acompañaba a los
difuntos en su viaje a Mictlán por lo cual se le puede considerar como un medio de
comunicación. Para La Cultura Mexica el llanto es un valor muy positivo ya que era para ellos el medio para superar situaciones incluso políticas, para mantener vínculos tras la separación y fortalecer los espíritus.
Mientras más lloronas iban al velorio del acaecido, más importante era el personaje que había o que estaba por partir, por ellos las lamentaciones en el mundo semítico, el uso de las lamentatrices como le llaman, comenzó a ser censurado en la edad med ia yla principal razón era porque el lamento para los difuntos representaba una oposición al dogma cristiano, entonces, obviamente le impedía la resurrección a la vida eterna.
En México existen aún algunas plañideras, yo quiero pensar inclusive que cuando tú eras
pequeño pequeña como yo de pronto ibas a un velorio y encontrabas gente que estaba
llorando de una forma desaforada y era un llanto incesante pero tenían que hacerlo de
una forma totalmente actoral es decir no había que sobreponerse a una actuación ellas
tenían que llegar llorando y partir llorando, algunas lo tenían que hacer a forma contagiosa es decir uno de los de las funciones más importantes de estas lloranderas o plañideras es que tienen el motivo principal de contagiar la pena a las personas que están alrededor de los deudos, es decir a las personas que están presentes.
Anteriormente se creía que en un velorio se tenía que sufrir porque se está tratando no
no de cualquier cita sino de una partida del alma que se está desprendiendo del cuerpo.
Las plañideras tienen que tener ciertas habilidades y algunas de ellas las heredan a sus hijas pero la función principal es hacer que la partida de esa alma que está por desprenderse del cuerpo tenga un buen camino y el llanto es en cierta forma un honor en la mayoría de los casos. el empleo de las plañideras tenían por objetivo reforzar la reputación del difunto algunas de ellas fungían como rezadoras y acompañantes de los deudos y ahí la importancia de estos personajes. Los dolientes profundizarán el dolor y por eso es que buscan que un lamento sea sincero.
En México todavía se les ve en algunos lugares solo que hay que buscarlas porque ellas buscarán la forma de ser poco evidentes es decir hay mujeres que todavía siguen prestando su servicio como hasta hace pocos años en el pueblo de san Nicolás Tetelco también conocido como La Conchita en Milpa Alta. Existían dos mujeres hasta hace poco, el testimonio de una de ellas era de nombre Flora y la otra era Josefina ellas acudían a los velorios para llorar y para rezar pocas veces conocían ellas al difunto pero la presencia de ambas era muy indispensable ya para todo el pueblo inclusive ya el pueblo sabía que ellas se dedicaban a llorar mediante un pago pero era indispensable para todos los pobladores sentirlas y saber de su presencia porque era la forma en la que el velorio tenía fuerza.
Ella comenta era cuestión de respeto, de acompañar al difunto y a la familia no de hacer teatro era una forma extra para ganar dinero y de una forma totalmente digna y algunas llorarán sin ni siquiera hacer algún ruido así es es una literatura que aborda ella de sentir que es una forma de rezar para que la gente haga su cruce o vaya al cielo.
Cuando vas a un velorio y no hay dolor y alguien no da una muestra definitiva de pena
pues bueno, no se siente que la partida de esa persona esté causando pena
además de que se creé que las lágrimas ayudan a que el alma pueda ser guiada y llegar
al cielo
En algunos lugares inclusive llegaron a guardar las lágrimas de estas plañideras en frascos o en pañuelos y las aventaban al propio sepulcro es decir, a la a la fosa donde iba a ser sepultado el ser querido porque era una forma de darle un duelo y de que esas perlas hechas lágrimas pudieran guiarlo a su nuevo lugar,
En México sí existe esa tradición de las plañideras
en los novenarios no es llorar a cántaros ni gritar ni lamentarse se trata simplemente de
vestir de negro llevar un velo y un rostro afligido las magdalenas o plañideras o como les
llamen en otros lados tienen un oficio fúnebre pero en esas tradiciones obviamente se
vale decir que es una tradición que ya se ha perdido y bueno pues los novenarios siguen
siendo una tradición para para los mexicanos y para la gente que no nos está
conociendo en México que nunca ha venido para la gente que nos está escuchando en
algún otro lado del mundo aquí en México el novenario es muy importante porque son
los nueve días que podría utilizar el alma para llevarse sus recuerdos y entre las
supersticiones que existen existen tantas como pensar que una persona se va y tiene
que reconocer que ha muerto e inclusive recoger sus pasos hay cosas así que acompaña
a las tradiciones en México y bueno pues este es el tema que nos acompaña el día de
hoy las rezanderas o las plañideras que francamente es un es un ritual es una tradición
en el mundo y con esto yo te dejo y te invito a que pues me sigas en las redes.
Muchísimas gracias, bye bye
Es una tradición que lamentablemente se ha perdido, tanto las plañideras, lloronas de velorio como incluso las rezanderas son parte de una cultura, de una tradición y lo más importante un sustento para las mujeres que se dedican con amor a ello.