Malleus Maleficarum El Manual de los Inquisidores
Uno de los libros más escalofriantes de la historia universal es sin duda el Malleus Maleficarum también conocido como «El Martillo de la Brujas» y «El Manual de los Inquisidores» es un tratado sobre la brujería escrito por los frailes dominicanos Heinrich Kramer y Jacob Sprenger publicado en Hamburgo en el año 1487, como su nombre lo dice fue un manual muy poderso pues se convirtió en el instructivo oficial para martirizar, condenar y flagelar a las brujas en tiempos de Inquisición.
Los dos diáconos que habrían de ejecutar este material tendrían la idea tal vez, de quedar bien en su sociedad, o de proveerle un índice de acciones a aquellos obispos, aquella gente de la diócesis que se encargaba de torturar, de martirizar y hasta decapitar a las mujeres que supuestamente estaban entregadas al diablo.
Mujeres que estaban entregadas al diablo supuestamene por ejercer actividades no sanas, que para ellos estaban dedicadas a invocar al mal algunas de ellas acusadas simplemente porque a veces sostenían una relación amorosa fuera del matrimonio, por no estar casadas oficialmente con un hombre, para esos líderes eclesiásticos ya estaban teniendo amoríos con el demonio en persona, también las mujeres que por tratar de ayudar a otras mujeres por medio de sanaciones, eran juzgadas para finalmente ser sacrificadas y llevadas a la horca, o
quemadas en la hoguera, porque tener según ellos un trato con el demonio, así fue la Inquisición.

Corría el año 1184, cuando se fundó por primera vez la Inquisición en el
Laguedoc, al sur de Francia, el motivo era combatir a los herejes, en ese entonces, se
luchaba contra la herejía albiguense sentada en el sur de Francia.
La Inquisición episcopal dependiente del obispo de cada diócesis hacía que se hiciera una persecución total en contra, no solamente de esas mujeres, al final de cuentas en contra también de las personas que las rodeaban, porque las despojaban, las arrancaban de su seno familiar para ser juzgadas en muchas de las ocasiones sus hijos, sus esposos, sus madres, sus hermanas presenciaban la violenta captura para ser llevadas a juicio y en el intento de impedir el arrebato en muchas de las ocasiones también morían.
Grupos de 15 de 20 personas llegaron a ser severamente castigados pero la que recibía el castigo mayor era la que para ellos era la hereje, la bruja y lo que hacían era torturarla, violarla, flagelarla.
Decenas de manifestantes participaban eventualmente en una ejecución, porque la diócesis, se encargaba de hacerlo todo público, de hecho las máquinas eran exhibidas entre estas, prensadoras de tortura ya que las tenían al alcance de cualquiera y la gente pasaba con respeto y miedo cerca de esos grandes aparatos, precisamente porque sabían que en cualquier momento a cualquiera de sus seres queridos les podría suceder.
El Martillo de las Brujas o Malleus Maleficarum en su portada, tiene la firma de este par de diáconos alemanes que habían hecho lo posible porque se llevara a cabo este que es probablemente el tratado más importante que se haya publicado con ese contexto, Malleus Maleficarum se crea en 1487, cuando se genera la caza de brujas.
Los dominicos alemanes realmente podrían no haberle hecho el daño original a la humanidad porque si no fuera por este «manual» no sabríamos cómo hubieran
disfrutado todas esas personas que conjugaban la arquidiócesis haciendo torturas, posiblemente podrían haber llegado mucho mas lejos, más despiadadamente de lo que ya en sí, habrían hecho, de alguna forma este manual pudo darles una pauta para su
siguiente paso.
De cualquier forma, esas mujeres cuando llegaban a la horca o a la hoguera, o
a la decapitación, ya iban bastante lastimadas, tal vez ya no pensaban en sí mismas, tal vez ya el dolor había pasado a un siguiente nivel, definitivamente no podía ser de otra manera.
Actualmente en documentos existen testimonios de lo que sucedió con cada una de estas
mujeres como el caso de una que desafortunadamente fue víctima de su hijastro, su nombre era Margaret quien fue acusada por su hijastro de seis años, con quien tenía una mala relacion, de pronto ella lo sanciona, tal vez lo regaña o lo reprende por sus acciones y el niño al no tenerle respeto ni amor, lo primero que hace es correr hacia la arquidiócesis y denunciar a su madrastra como una bruja. En tanto que las investigaciones pudieran sí o no lograrse, la mujer tuvo que aceptar el castigo que le dieran y de hecho confesó que era una bruja, y lo confesó por el nivel de tortura que le estaban ejecutando, no porque realmente hubiera cometido ningún delito, su delito era haberse incorporado a una familia en donde el hijastro no aceptaba las reprimendas que le daba su madrastra, entonces este niño sin saber lo que hacía, catapultó a su madrastra a la peor de las torturas, hasta llevarla a la muerte.
Este libro, «El Malleus Melficarum» habla de los principales autores y grandes demonólogos, como el inquisidor italiano Bernardo Rattegno que era un
jesuita hispano-belga, o como Martín del Río y el jurista francés Jean Baudin, que hablaban de eso, de cómo combatir a los demonios, y entonces resulta que este Martillo de las Brujas, era la fórmula exacta para que se pudiera llevar a cabo una ejecución.
El Maleus Maleficarum es el más famoso de todos los libros sobre la brujería, se dice que en 1486 y 1487 cobró tanta fuerza, que llegó un momento en que en países como Suiza, el decir la palabra EXE, en su idioma, conceptualizado entre
las leyes como un delito. Para ellos bruja era el peor de los delitos y merecía la peor de las muertes.
A finales de la Edad Media se estaban produciendo cambios muy bruscos en la forma de vida de toda Europa, y ahí es como se habla de haber corrido de Francia a Alemania, con esta tal Inquisición, con una diferencia de tantos años. Es decir, la primera fue en 1184, cuando se funda la primera Inquisición en Languedoc, de ahí a 1486, que se ejecutan las peores escenas, pero ya no en Francia, sino en Alemania, demasiado tiempo en que las
mujeres realmente lo que hacían era procurar una vida tranquila, normal y que este libro pues definitivamente nos ha dejado un triste legado.
Hoy en día también se sabe, que en todo el mundo, se ha tratado de limpiar la memoria de esas personas principalmente de las mujeres, rascando y rayando ahí entre los árboles genealógicos, en busca de algunos apellídos para poder sacar de esta lista de inquisidores a
esas víctimas que eran supuestamente pecadoras y que con el argumento de pactar con el diablo, era como les ejecutaban el por de los castigos, y en su caso, a familias completas.
El Malleus Maleficarum es el más famoso de todos los libros medievales de brujería, fue un manual indispensable para la Inquisición. El Malleus Maleficarum no sólo afirmaba la
existencia de las brujas, sino que también ayudaba a identificarlas. No era más que acusar de herejía a una mujer para que se hiciera lo que ellos no querían, para manifestar su perversión y en ese momento, simplemente acusarlas de pecadoras de herejes y de esa manera ni siquiera pisaban una celda.
Claro que dentro de las celdas también encontraron muchas más, que cambiaban su comportamiento una vez que llegaban allí por otras razones y de ahí las sacaban para llevarlas a esa tortura, a esas máquinas de estiramiento, donde dejaban su cabello prensado, sus cuerpos, sus uñas, sus manos experimentando el peor de los dolores, de la angustia y el pánico.
Existe una pequeña anécdota y muy terrible, acerca de una niña de
10 años que tuvo la osadía de comentarle a sus amigos que ella había participado en un ritual de brujería, y el haberlo dicho siquiera, el haber contado que su tía había hecho un ritual y que habían bailado alrededor de un círculo, jugando, la llevó a que toda esta gente, todos esos inquisidores fueran a su sede, y de ahí no solamente agarraron a la niña, a la tía, al hermano, al padre, se juntaron 15 personas y todas fueron procesadas mediante este manual El martillo de las brujas.
Entre los siglos XVII y XVIII, llegó la imprenta y este libro empieza a cobrar todavía más fuerza, leída en latín, representaba tortura, violación sexual y muerte. Toda
vez que cuando una mujer era penetrada por su pareja, pero no pertenecía al seno
matrimonial, como ellos lo mandaban, muchas de las fórmulas eran precisamente a través de la violación para sacarle los residuos del demonio que había estado dentro de ellas.
Existe un museo que le perteneció a un inquisidor, hoy es visitado por cantidades de gente impresionantes en donde se cita el nombre de muchos inquisidores Heinrich,
Cramer, algunos tantos de Estramburgo, Jacob Sprenger, de Suiza, además se habla, por
ejemplo, de hasta un papa, el papa Inocencio VIII, que dicen, colaboró en una campaña contra la brujería. Además se habla de un decreto papal del 5 de diciembre de 1484, en donde la bula Sumis Desiderantes Afectivos, escrita por Inocencio VIII, reconoció la existencia de las brujas, derogando así cánones episcopales, donde la iglesia sostenía que creer en las brujas era una total herejía y se menciona inclusive a Sprenger y a Cramer por sus nombres, es decir, hasta en ese escrito del obispo, del papa Inocencio VIII, estaban estos dos frailes plasmados como los grandes héroes, en contra de la brujería, en contra de lo que hoy sabemos no sería más que un acto de misoginia, un acto de barbarie, en contra de la propia sociedad, porque no aceptaba nada, no había negociaciones, no había fe, era una vana burla pretendiendo creer en algo que no creían, sí me explico, ¿cómo puedes creer en Dios si realmente no crees? ¿Crees más en los demonios
del prójimo y sientes toda la autoridad que puede emanar tu soberbia, para ver cómo torturan a una persona? Porque además de todo, existen tratados de la era medieval en donde la diócesis, los obispos presenciaban los actos muy frontales, ellos mismos se encargaban y cercioraban de que el castigo fuera bien ejecutado.
Desde las brujas de Salem, de las brujas en Massachusetts, en Alemania, en Francia, en Suiza fueron sometidas al Malleus Maleficarum.
El tambien conocido como «Martillo de las Brujas» o «Manual de la Inquisición» está dividido en tres secciones
- La primera «La Satanización» concede las preguntas que le harán a la candidata a muerte, que ya de por sí es acusada de pecadora y por supuesto hereje, hechicera, invocadora, poseedora del mal, le hacen preguntas siendo obligadas a responder satisfactoriamente claro, para ellos, ¿Tú lo hiciste? tú te acuestas con el diablo y tú hiciste esto y tú hiciste lo otro hasta que la persona de tanta pregunta queda en shock y tiene que aceptarlo porque tras esas preguntas se empezarán las torturas
- La segunda «Las Formas de Brujería» es una sección que detalla cómo las
brujas lanzan hechizos y cómo sus acciones pueden ser prevenidas si nos juntamos todos remediarlas.
Se habla en esta segunda parte todo el tiempo de los pactos con el diablo, de la existencia de las brujas, de la herejía, de pactos, sacrificios y de cómo puede ser la cúpula con el diablo y supuestamente de otros juicios previstos al que le van a realizar evidentemente, será obligarla a aceptar el pecado y las acusaciones para que llegue la tercera - La tercera es aceptar el castigo que culminará con su tortura y muerte, el Malleus Maleficarum detalla los métodos para detectar, enjuiciar y sentenciar a destruir a las brujas, o sea, es la última parte en donde ya ellos entran en acción contundente,
El inquisidor Martillo de las Brujas, al final de cuentas perdió bastantes páginas,
desafortunadamente por ahí de 1435 ya muchas personas se habían quedado con algunos
los textos por sus creencias.
Entre las hojas no perdidas de la segunda parte entonces vienen ¿Qué hechizos conjuraste, cómo le hiciste? y te acostaste con el demonio y copulaste y hiciste y fornicaste y así y entonces empiezan a describir todo esto, cómo describen o cómo narran ellos la procesión ejecutoria de la invocación demoniaca, es decir, ellos sabían más de cómo se realizaba que las propias víctimas y tú paseaste en círculos invocando al demonio hasta que lo hiciste llegar a ti, o sea, así estaba de claro, se habla de cómo es un pacto con el diablo, de cómo le escriben al diablo y el diablo les contesta y firman el acuerdo, habla de cómo se hace un hechizo, habla de cómo se utilizan las hierbas para hacer esos malos hechizos que en realidad la herbolaria sí formó parte de las acusaciones porque había mujeres que definitivamente tenían que ayudar a otras mujeres a tener a sus hijos y entonces recurrían a las hierbas y resulta que esa herbolaria fue el vínculo con el diablo y entonces evidentemente ese era el argumento para llevarlas a la horca o a la hoguera.
Todos esos juicios fueron decretados por Springer y Kramer, que son estos par de inquisidores y ya en esta última parte del libro, que es la parte tercera, página 49 o 50 es donde dice se le someterá, iniciando con una rueda de carreta grande, de aproximadamente tres metros de circunferencia, amarrando las manos de lamujer hacia una parte superior de la rueda, amarrando los pies y entonces comienzan a darle círculos para empezar a estirar a esta persona estirando hasta no poder, por otra parte sus cabellos estarán enredados de tal manera en que el cuero cabelludo estará técnicamente para ser arrancado por la presión de unos pequeños pedales o manubrios para estarlos girando, la parte 3 del inquisidor ejemplar muestra los métodos precisos de cómo detectar una bruja, sometían a las mujeres al agua,
las ahogaban o lanzaban sus cuerpos, si la mujer flotaba era porque el diablo la hacía flotar y entonces de inmediato la sacaban del agua y le empezaban a torturar con el cabello húmedo, semidesnuda o desnuda y después bien, si el cuerpo no flotaba y se quedaba ahí sumergido, entonces era el diablo el que le estaba sosteniendo, no había forma, definitivamente, así era como detectaban, enjuiciaban y ya después sentenciaban, con todas esas torturas,
Variaban de un método a otro, dependiendo cómo lo elegían los inquisidores, ya venía la
sentencia, se va a decapitar, se va a quemar en la hoguera o simplemente hasta que no
aguante el cuerpo, o la vamos a ahorcar, cualquiera de todas, porque pues obviamente había
personas que no llegaban ni a la tercera parte de esta tortura, hoy día sabemos que la tortura
en la detección de brujas es vista como algo pues ya ni siquiera civilizado, pero en aquel
entonces lo veían como algo muy natural.

A la llegada de la imprenta, El Malleus Maleficarum era vendido en cualquier parte, cobró demasiada fuerza sobre todo en Francia, Alemania, Suiza, si el brujo o bruja no confesaba voluntariamente su culpa, la tortura era aplicada como un incentivo para hacerlo, los jueces eran instruidos para engañar al acusado de ser necesario, prometiéndole misericordia para la confesión y entonces todos confesaban terminaban por aceptar los pecados.
En la parte final del libro, se habla de la confianza que se puede poner en los testimonios de los testigos, los que entregaban a las personas, porque en muchos de los casos había quien se encargaba de ser el soplón de la bruja y las entregaban, en algunos casos hasta a los niños les creían, los testigos tenían tal vez posibilidad de eliminar acusaciones maliciosas, pero hay un argumento que sostiene que era suficiente con la primera declaración de un testigo para llevar a la persona a juicio y a veces la defensa ni siquiera ayudaba para que se retractara a nadie.
Si el testigo terminaba diciendo que no estaba seguro, entonces venía el juicio durante este,
definitivamente no había forma de ganar. Una vez declarado por el testigo, técnicamente no
cabía el arrepentimiento. Ya las evidencias eran aumentadas, como el que le siembra las
acusaciones con evidencia.
Sin duda, la Inquisición es una vergonzosa época en la historia de la humanidad en ciertos lugares en donde no se reconoce el fallo de la arquidiócesis, cuenta con impunidad a excepción de algunos sitios donde se ha aportado información que no justifica su ignorancia y sus devastadoras decisiones.
Actualmente, La Casa del Alcalde de las Brujas es visitado por miles de personas en donde se les informa, e incluso se cuenta con una lista de personas que se sabe fueron encontradas por sus datos familiares, gracias a la genealogía, desafortunadamente los nombres de algunas supuestas brujas, son atractivo turístico y casos como Las Brujas de Salem, llevadas al cine como atractivo entretenimiento.
La Inquisición tuvo una duración de casi 350 años, desde 1478 hasta 1834
La Inquisición pontificia fue creada por el papa Gregorio IX entre 1231 y 1244
La Inquisicón española se fundó a principios de la Edad Moderna
En la Nueva España, la Inquisión se estableció oficialmente el 4 de noviembre de 1571 y se clausuró el 10 de junio de 1820.